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jueves, 9 de octubre de 2014

El jersey rojo

Rojo. Rojo. Rojo. El color favorito de mi yaya. Si por ella fuera, todo lo tendría de color rojo. Rojo sangre, rojo intenso, rojo chillón. Olvidémonos de colores discretos. Y por supuesto, los jerseys también son rojos. Hoy he visto que mi abuela llevaba un jersey que tiene desde hace décadas como ropa de casa. Por supuesto de color rojo. Últimamente me dice que siempre tiene frío en la espalda, y que por eso siempre lleva puesto un jersey. Y precisamente este abriga y mucho. Ahora lo lleva y le da igual si combina con el resto de su ropa. Al materializarse su enfermedad en nuestras vidas, mi abuela se va convirtiendo en naïf. A veces parece un anuncio de ropa infantil, combinando cuadros con rayas, estampados y puntitos multicolor. Pero su jersey, tiene que ser rojo. Yo recuerdo este jersey presente en todas las etapas de mi vida. Ya lo tengo presente en mis recuerdos de infancia, me ha seguido durante la adolescencia y lo tengo presente en la madurez. 
Hace muchos años, a mi abuela le gustaba este jersey por el color y porqué abrigaba. Hoy le gusta porque abriga y es el que ha encontrado colgado en el armario. 
"¿Yaya, cuanto tiempo hace que compraste este jersey?"
"¡Huy, mucho tiempo!¡2 o 3 años!"
"¿¿¿¿?????¡¡¡¡¡!!!!!!"


miércoles, 8 de octubre de 2014

Saludando desconocidos

Ayer paseamos un ratito con la abuela, por las calles colindantes a su casa. Bastante gente se ha acercado para saludarla y felicitarla, puesto que era su santo. Santa Roser. Y ella, muy educada, les devolvía el saludo, les agradecía la felicitación y continuaba caminando, cogida de mi brazo, con paso lento pero seguro. Estoy totalmente convencida que no sabía quienes eran, todas ésas personas que la saludaban. Sé que no las ha reconocido, aunque ella hacía como que si. Gente de toda la vida, que se dice. Gente a la que ha atendido muchas veces en la panadería, gente con la que ha coincidido en la calle, personas con las que ha podido hablar de todo o de nada en particular... y que ahora le son unos desconocidos.
Al regresar a casa, ha pasado por nuestro lado un señor mayor en silla de ruedas. Una mujer de mediana edad lo empujaba mientras charlaba animadamente con otra mujer más joven que caminaba a su lado. El señor mayor estaba como ido, fijando la vista al infinito. De pronto, justo cuando pasábamos por su lado, mi abuela ha saludado con grandes aspavientos al pobre señor. "¡Adios, que tenga un buen día!", le ha dicho, con el brazo levantado para remarcar el saludo. El hombre ha continuado su camino, sin pararnos atención. Las mujeres que lo acompañaban han mirado a la yaya con cara de póquer y han vuelto a su conversación al cabo de nada. Mi abuela, muy triste, me ha comentado: "pobre muchacho, era muy simpático cuando era jovencito!".
Me encantaría saber a quién es capaz de reconocer y a quién no. ¿Cuales son los parámetros que marcan el cerebro?

martes, 7 de octubre de 2014

Alzheimer

Mis padres me dijeron que la yaya tiene Alzheimer. Nos lo temíamos. Hace tiempo que va despistada, pierde la memoria, repite las preguntas constantemente y parece que esté en otro mundo. Pero, ¡qué narices! tiene 87 años y una salud de hierro... pero ¡tiene 87 años!
Mi abuela es mi ídolo. Una mujer fuerte, con mucho carácter, orgullosa de ser quién es y de vivir dónde vive y cómo vive.